Había sido un día como cualquiera, muy soleado, parecía que sería un día mas de juegos para la pequeña Elicia Hughes, quien esperaba a su padre tras la promesa de que volvería a casa tras terminar con todo el trabajo que tenia por hacer. No pensaba que fuera a haber nada diferente o fuera de lo ordinario en su vida después de eso, en sus tres cortos años de vida aun no tenía idea de lo que significaban la muerte o el sufrimiento que esta pueda terminar acarreando, ni mucho menos se imagino que a tan corta edad vería partir a su padre para jamás volver.
Ese día tan triste hubo sol, muy pocas nubes cubrían el cielo y lucia como un momento perfecto para salir. La pequeña lo pensaba y al parecer también su madre, cosa que la alegraba enormemente, sobre todo porque la noche anterior la niña había visto muy triste a su progenitora, y no entendía el motivo. Pensó que no era nada importante, y q